FRENAR PENSAMIENTOS NEGATIVOS en Reproducción Asistida

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A diario refresco mi memoria para preguntarle a la paciente que fui “Marian, ¿Cómo te sentías al principio? ¿Qué pensabas? ¿Y después? ¿Y al final?” ya que me permite conectar con la audiencia de Hello! y poder elaborar recursos que hubiera necesitado en su día.

Aun así, me sigue sorprendiendo como aquella chica que fui en 2013 y las compañeras que hoy vivís este proceso, seguimos alineadas en una nube de preguntas y culpa que, normalmente, no conducen a nada.

El ¿Por qué yo? me acompañó mucho tiempo, muchísimo.  Y no dejaba de pensar en todas esas personas que no deseaban ser padres y lo fueron, o los que lo eran y no cuidaban a sus hijos… recuerdo decir: “¿Pero por qué está esto tan mal repartido? ¿Por qué es tan injusto?” y estas preguntas se enredaban con otras igual de perturbadoras, sumándole una profunda tristeza clavada en mis entrañas, desilusión y un agotamiento físico y mental indescriptible.

¿Se pueden combatir estos pensamientos? ¿Qué puedo hacer para no dejar que me ganen la batalla a diario?  Hoy os lo contamos en Aloha Blog.

Antes de nada, vamos a explicar por qué nos sucede esto.

Cuando inicias un proceso de fertilidad, sabes entre poco y nada, pero algo que SI sabes es que no tienes ni idea de cómo va a acabar este asunto.  Éste y no otro es la mecha que enciende todo lo demás:  la incertidumbre de no saber si pese a todos tus esfuerzos, obstáculos saltados y dinero invertido, un bebé te está esperando al final del camino.

Y como la hierba seca que enciende una hoguera: la incertidumbre es el combustible perfecto para  producir un estado de ansiedad constante, pero (y por mucho que nos cueste decirlo) es absolutamente normal (y esperable) que esta hoguera se encienda porque estás en un continuo estado de alerta ante una situación super estresante.  Querida, bienvenida al club:  eres humana.

Uno de los consejos que puedes escuchar más a menudo es que pensando en otra cosa rebajaríamos la intranquilidad, pero (espera que me da la risa) ¿En serio me estás diciendo que piense en otra cosa? Pero… WTF?

Deja de pensar ahora mismo en el color blanco. No veas el blanco en el fondo de este artículo, ni en lo que te rodea.  Blanco, blanco, blanco.  Qué… ¿Qué tal? ¿Lo has logrado?  Ya… pues con la infertilidad pasa lo mismo.  Nos enfrentamos a ella a diario, aunque nada ni nadie nos hable de ella.  Se nos ha adherido al corazón.

Iremos por partes.  ¿Cuentas ya con la ayuda de un psicólogo especializado en reproducción asistida? Si la respuesta es SI, felicidades.  Vamos bien.  Seguramente ya os habréis puesto manos a la obra con este asunto.  Si tu respuesta es NO, dont worry.  Sé que no todo el mundo está preparado para dar ese salto, pero tal vez este sea el momento de empezar a plantearse que si cuando te duelen las muelas vas al dentista… ¿Por qué no ir al psicólogo cuando necesitas herramientas emocionales para enfrentarte a una situación complicada?

Vas a necesitar ayuda externa amiga, porque nadie nace preparado para sortear algunos obstáculos que aparecen en nuestro camino.  Y un especialista que conozca la ruta te personalizará un camino más fácil y te dirá qué tienes que meter en tu mochila.  Son los Emocional Planners de la fertilidad.

Pero así, para ir entrando en calor y hasta que tengas una primera cita con este profesional de la salud, te damos unos tips para salir del paso.

  1. DEJA DE PREGUNTARTE QUÉ VA A PASAR.  O al menos no te lo preguntes tan de continuo.  Céntrate en el presente.  ¿Qué estás haciendo ahora? ¿Ya has iniciado el proceso? ¿En qué punto te encuentras? ¿Puedes hacer algo más por ti hoy? ¿Qué necesitas ahora mismo?  Esas y no otras deberían ser tus preguntas.  Lo que nos lleva al siguiente punto…
  1. Agradece todo el esfuerzo que llevas a cuestas.  ¡Claro que si!  Tienes que decirte cosas bonitas.  Siempre estamos quejándonos de las #FrasesAdesterrar que nos dicen otros… pero, ¿Te has fijado como nos hablamos a nosotros mismos?  Que si no lo vamos a conseguir, que si te has puesto tarde, que si…. que si, que si.  ¡Vale ya! No seas tan dura contigo misma porque no te lo mereces para nada.  ¿Qué le dirías a otra compañera en esta situación? Seguro que ninguna de las cosas que te dices a ti. Ahora mismo tienes que decirte algo que te de valor.  Si no te sale te lo digo yo:  OLE TÚ. Vamos amore, que lo estás haciendo muy bien.
  1. METAS CORTAS.  Mira que os lo decimos veces, ¿Eh? Paso a paso, pasito a pasito… metas cortas.  Nada de irse ahí, a la META FINAL, que aún no han preparado ni el podium, ni la copa y ni siquiera está desplegado el estandarte que pone FINISH.  Nada.  Ve consumiendo etapas, cerrándolas bien en el caso que sean dolorosas y tengas que subir un nuevo nivel.  ¿Cuál es tu siguiente meta corta?  La más cercana, incluso aunque no tenga nada que ver con la fertilidad.  ¿Ir a comer hoy por ahí con tu churri?  Me parece una meta super molona, no te lo voy a negar.
  1. DATE PERMISO.  Seré breve: date permiso para estar triste, agotada, enfadada o con necesidad de aislarte.  Permítete esto, deja que salgan los sentimientos como el pitorrito de la olla exprés.  Poco a poco.  En el momento que te permites llorar, te quedas más ancha que larga.
  1. Hablando de necesidad de aislarte FUERA PERSONAS TÓXICAS.  Al menos durante lo que dure este proceso.  No estamos diciendo que las expulses de la tierra, simplemente que las eches a un ladito.  Con elegancia.  Con sutileza.  Y si no pudes hacerlo camina a un ritmo más lento que te permita que tus pasos y los suyos no vayan acompasados.
  1. CUÍDATE.  MÍMATE.  CÉNTRATE EN TI Y EN TUS NECESIDADES.  ¿Hace cuanto no te permites un día para ti solita? o por el contrario ¿Hace cuánto no te preguntas con quién te apetece estar y coges y llamas a esa persona y la invitas a comer y te echas unas risas o unos buenos lagrimones? Eres lo más valioso ahora mismo y tienes que cuidar este eje central de la historia que eres tú.
  1. IMPLANTA UNA ACTIVIDAD BUENROLLERA.  Y esta la tienes que elegir tú si o si.  Ya sea ejercicio, como apuntarte a un coro o jugar a los bolos con los abuelos del parque.  Lo que quieras.  Lo que te guste.  Aunque te apetezca cero pelotero porque eso lo hacía tu yo de antes y ahora ya como que no.  Cuesta el primer día, pero como te gusta, en el momento que lo retomes volverás a sentir mariposillas en el estómago.
  1. RETOMA UN PROYECTO OLIVDADO.  Y dale caña.  Porque estás en un momento ideal para poner tu atención sobre otro asunto.  ¿Te imaginas que de esta historia sale tu primera novela?  Vamos… la que suscribe esto sabe de lo que te está hablando y gracias a eso, nació Hello! Así que imagínate la que puedes liar.

Y ahora… ¿Cuál de estos puntos vas a empezar a aplicar?

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