Cuando parar en Reproducción Asistida

Hemos hablado con algunos de vosotros en más de una ocasión… «¿Cuándo he de parar? ¿Cuántos tratamientos he de hacerme?» porque son dos de las preguntas más frecuentes que como pacientes nos hacemos durante esta aventura.  Pues bien, vamos allá.

Teniendo en cuenta que cada persona somos un mundo y que no todos tenemos las mismas circunstancias personales, económicas y profesionales (factores que sin duda influyen y mucho en esta decisión) llega un momento, que incluso ajeno a todo esto, el cuerpo y la mente te dicen «Ya no puedo más.  Para. Hasta aquí»  Y es entonces cuando debemos empezar a escucharnos.  ¿Es por agotamiento? ¿Es por la frustración acumulada?

A menudo pasa que en medio te todo este caos nos damos cuenta que nuestro mundo se ha desmoronado: nos hemos aislado, ya no nos apetece hacer planes, nos enfadamos fácilmente, nuestra relación de pareja está pichí-pichá y lo peor de todo:  sentimos que nos hemos perdido a nosotros mismos, nuestra esencia, lo que éramos antes de todo esto.

Siempre os recomiendo que os acompañéis de un buen psicólogo durante todo el proceso, preferiblemente especializado en reproducción asistida porque de verdad que cuando todo esto pasa (y créeme que nos pasa prácticamente a todas) resulta muy complicado reiniciarse.  Debemos tener en cuenta que los acontecimientos se siguen sucediendo y que ya no es sólo que tengamos que pasar por todo esto para tener un hijo, la vida y sus complicaciones suman más temblores a nuestro terremoto particular.  Hacer terapia durante el proceso te ayuda a poner las cosas en orden, a priorizar, relativizar y normalizar tus sentimientos sin que estos se apoderen de ti.

Bien, explicado esto te cuento que llega un momento en el que con la mente muy clara sabes que ha llegado el momento de parar.  Lo sabes.  

Es un «Hasta aquí» porque sientes que estás preparada para enfrentarte a tu vida en 2.0, al duelo que supone no ser madre, empezar una nueva etapa o plantearte otra opción.

Tú misma te dices «Es el momento de pasar a la acción» ya sea para ir reduciendo la marcha  o para comprobar de una vez por todas como va a ser tu vida a partir de este momento, empezar a recuperarte de todo esto.  Sientes que te apetece de verdad cerrar el capítulo.

También sabes si es una pausa para evaluar otro camino:  una adopción, una ovodonación, etc.  y sientes que para tomar aire y continuar necesitarás una pausa, muy necesaria por ejemplo para los casos en los que hemos de pasar lo que llamamos el duelo genético.  Una vez más insisto:  contar con la ayuda de un psicólogo para cerrar heridas y abrir nuevas alternativas será fundamental.

Si tú consideras que estás preparada para parar definitivamente, vas a saberlo.  No estarás excesivamente triste, ni defraudada, ni bloqueada.  Sabrás que estás lista para cerrar y abrir un nuevo capítulo.

Consolidarás esa sensación con un sentimiento de alivio cuando te embarques en la nueva ruta.  Y aunque ahí si es posible que te nubles por la pena de lo que no ha podido ser, estarás mucho más preparada de lo que hoy crees para seguir hacia adelante.  Tu terapeuta te dará las herramientas necesarias para ir cicatrizando poco a poco.

Si todo esto te cuadra y piensas que estás lista para cambiar el rumbo y redirigir esta historia por otro camino, debes dar un primer paso, pero solo cuando estés preparada.  No hay prisa.  Tómate tu tiempo y trátate con cariño.

A veces tenemos tanto miedo del sufrimiento que una decisión como esta nos va a ocasionar que posponemos incluso lo que deseamos, cuando realmente cerrar un sueño tan magistral como el de ser madre o padre siempre es triste y doloroso. Esto es así.  Nada ni nadie nos va a ahorrar este disgusto.  Ni nada ni nadie va a ocupar ese lugar, hecho a medida para un hijo.  Es inevitable sentir sentimientos de derrota o de pérdida.

Pero también es importante que sepas que no es eterno:  lograrás remontar y volverás a reencotrarte contigo, eso si, en una nueva versión renovada.

Si por otro lado, lo que necesitas es una pausa es recomendable tomarte un tiempo para saltar de una fase a otra: un par de semanas… un mes (lo que tú consideres), para estar contigo misma, con tu gente, con tu pareja… para tomarte un respiro, unas vacaciones de todo esto.

Te mereces descansar, bajar la guardia y posponer decisiones hasta que vuelvas a recobrar algo de energía.

Te vendrá de maravilla ese in pass para desconectar, porque cuando vuelvas a resetearte y las luces de ON AIR vuelvan a encenderse, te encontrarás con fuerzas renovadas para continuar. Para empezar de nuevo y seguir avanzando en positivo.

Por lo tanto… No hay un momento X que se pueda aplicar a todo el mundo para determinar cuando parar.
Cada uno tiene el suyo. Hay gente que ni empieza, porque evalúan que no quieren pasar por un tratamiento y para mí son igual de valientes que aquella persona que decide hacerse dieciocho tratamientos.

No hay un medidor de Deseo Ser Madre. No lo hay. Y sin embargo el sentimiento potente es el mismo, el duelo al no lograrlo es igual.

Escúchate.  Apóyate en un especialista.  Evalúa como están tus fuerzas.

¿Es una pausa? ¿Es un punto final?

Sea como sea ten fe que todo volverá a recolocarse y que este meteorito que ha lanzado tu mundo por los aires no va a poder contigo.  Porque tú eres el Universo, tú lo eres todo.  Y solo tú decides si parar o continuar.ie