¿Dónde (y cómo) están los hombres en Reproducción Asistida?

Son los grandes olvidados, esto es así y nos ruge por dentro una sensación de injusticia total cuando hablamos acerca de este tema.

Los hombres también sufren el proceso de reproducción asistida, ya no solo en el plano físico también en el emocional.

¿Cuántas veces les preguntan cómo están? ¿Cuántas veces se pone en el foco en sus sentimientos, frustraciones o preocupación?

No puede ser, tenemos que hacer lo posible por equilibrar esta balanza porque no nos vale con decir que son parte del proceso: SON PROTAGONISTAS ABSOLUTOS JUNTO A SU PAREJA y merecen como tal que se les brinde la oportunidad de brillar en exclusiva.

Pero… ¿POR QUÉ OCURRE ESTO?
Va a sonar sensacionalista pero es importante leer hasta el final antes de que ese poso sea lo único que quede de este mensaje: nace del sistema patriarcal en el que durante la historia se puso todo el peso de la crianza en las mujeres.

Algo que afortunadamente poco a poco está cambiando ya que los padres actuales nada tienen que ver con los padres de anteriores generaciones que traían el dinero a casa pero no se implicaban en la educación de los hijos.

A día de hoy los hombres disfrutan de la paternidad, les gusta implicarse a nivel emocional y se preocupan por que sus hijos guarden buenos recuerdos de su infancia. Siempre van a existir excepciones, por supuesto, pero ha habido un gran cambio en las últimas generaciones de padres que se preocupan por atender y disfrutar de sus hijos.

Sabiendo esto, retrocedemos a la paternidad antes de hacerse oficial, cuando estos mismos hombres atraviesan junto a su pareja un proceso de infertilidad. De manera automática se sitúan en un segundo plano porque durante todo el tratamiento se pone el foco en la mujer, cuando ellos también son pacientes (y parece que sólo salen a escena para las pruebas de espermiograma o dejar sus gametos en un tarrito de tapa roja)

Hoy les dedicamos este artículo y os explicamos cómo suele ser su proceso en reproducción asistida.

Para empezar el sentimiento predominante es el de inseguridad e impotencia ya que la mayor parte del tiempo no saben cómo ayudar y todo lo que dicen les parece estar fuera de lugar. Su mayor preocupación no es si serán padres o dejarán de serlo (que ojo, también les preocupa), sino “Cómo ayudar a su chica”, esto es lo que más les atormenta durante toda la aventura.

Por eso, es fácil que les hayas escuchado decir: “Si no conseguimos ser padres no pasa nada, nos tenemos el uno al otro; Todo está en manos de especialistas, no tenemos de qué preocuparnos; Vamos a disfrutar mientras todo se sucede…” y cosas así que, si somos sinceras, nos sientan fatal porque creemos que no le dan importancia a lo que está sucediendo. Nada más lejos de la realidad.

Analicemos estas frases:

SI NO CONSEGUIMOS SER PADRES NO PASA NADA, NOS TENEMOS EL UNO AL OTRO. ¿Lo has leído bien? ¿Has escuchado lo que te está diciendo? Algo precioso: que para él TÚ ERES LO PRIMERO. Que nada va a modificar lo que siente por ti, que la llegada de un bebé no va a lograr que te quiera más de lo que hoy te quiere. Que lo que le preocupa de verdad eres tú y SOLO TÚ.

TODO ESTÁ EN MANOS DE ESPECIALISTAS, NO TENEMOS DE QUÉ PREOCUPARNOS. Y aunque esta frase nos taladre porque la hemos escuchado demasiadas veces y la impotencia de no poder hacer nada se le suma a nuestra frustración sobre el final tan incierto de este proceso, no está exenta de razón: TODO ESTÁ EN MANOS DE ESPECIALISTAS. Y gracias que un día llegamos a ellos porque van a poner todos sus conocimientos y experiencia para sumar el máximo de probabilidades posibles a nuestro objetivo de formar una familia.

Es absolutamente comprensible que muchas de estas frases nos sienten mal cuando vienen de fuera de nuestro nido, pero ya sabéis que os repetimos hasta la saciedad que nadie que te quiera te lo va a decir con mala intención, y por ende, mucho menos tu pareja. Tiene razón. Todas las posibilidades y oportunidades más brillantes están a nuestro alcance y estamos en ello, juntos.

A veces nos olvidamos que nuestro chico sufre, porque lo vemos ahí, tan campante, como si la vida no hubiera cambiado, viendo la final de un partido de baloncesto con dosis extra de una emoción que no le hemos visto para este asunto. Y daríamos un taconazo en el suelo, enfadadísimas porque parece que sólo nosotras entendemos la magnitud de este problema.

El análisis de esto es que ellos CONFÍAN en que todo va a salir bien. Ya está, no hay más. Confían y viven en un eterno Carpe Diem mientras nosotras deseamos tener todo atado, y un plan A, otro B, otro C y otro D, por si las moscas. Que nunca se sabe, y este proceso es una auténtica bomba para personas impacientes y organizadas, porque aquí los planes y resultados van por libre.

Hacemos una pausa para aclarar: durante este post estamos continuamente generalizando, en plan LOS HOMBRES SON DE MARTE Y LAS MUJERES SON DE VENUS, pero esto es un artículo y no una ponencia sobre hombres y mujeres, en la que podríamos extendernos mucho más y definir, como vamos a hacer ahora, que cada persona independientemente de su sexo, aborda una situación de un modo diferente según su personalidad y el bagaje que ha obtenido a base de educación, entorno en el que ha crecido,  experiencias personales y el prisma que use para ver la vida…. pero hoy si, lamentándolo mucho toca generalizar porque el punto de partida es que a nivel general en reproducción asistida, nos olvidamos de atender las necesidades del hombre en este proceso.

Resumiendo: claro que está implicado, preocupado y emocionado por saber que el momento de ser padre y tener un pedacito de él en este mundo está tomando forma. Pero por encima de todo esto, estás TÚ. Y eso es lo que él ve hoy: que tú estás triste y no sabe cómo ayudarte.

Meterá la pata, te dirá cosas que te molesten, lo verás ajeno a esta situación… pero entendamos que tal vez en su programación para plantar cara a esta aventura tan desesperante necesita tomar aire y confiar que todo irá bien, que tú estarás bien y que finalmente abrazaréis a ese pequeño que tanto deseáis.

Hablad. Llegad a puntos de encuentro, dile que lo está haciendo bien (oh, vamos, les encantan los cumplidos, como a ti y a mí) y que para ti lo más importante también es él.

No os olvidéis del uno y del otro, seguid celebrando que vuestro Universo está a punto de ampliarse porque si bien es cierto que si la infertilidad no hubiera llamado a nuestra puerta, estaríamos esperanzados, ilusionados y con los ojos chispeantes de emoción porque tenéis un plan magnífico, este bebé que hoy es un sueño, también merece ser esperado con la misma ilusión.

Recordad que esto es cosa de dos. Y que él es vital en toda esta aventura y que si hoy se está ocupando así de ti, imagina como se ocupará de ese pequeño… se te va a caer la baba cuando los veas juntos.

Y si eso no sucede, sin finalmente el sueño no tiene el final que todos deseamos, vais a tener que fusionaros en uno, porque en definitiva vosotros sois el centro de vuestro Universo y de esa fusión, con Amor, respeto y recuperación van a llegar cosas maravillosas.